El Comandante de Cañada de Piña

Símbolo de la lucha clandestina contra la dictadura batistiana, integrante de la expedición del yate Granma y Comandante del Ejército Rebelde, el espirituano Faustino Pérez Hernández desapareció físicamente el 24 de diciembre de 1992

Aquella madrugada de mediados de febrero de 1957, los perros ladraron como pocas veces para anunciar la cercanía de intrusos a la finca Cañada de Piña, en las inmediaciones de Cabaiguán. “¿Quién será a esta hora?”, se preguntaron casi a coro todos los que dormían en la casa. Mientras se aproximaba el Dodge, los ladridos aumentaban; no más que la ansiedad de Faustino Pérez Hernández de, por fin, ver a los suyos.

Procedente de La Habana, iba rumbo a Oriente y, luego de tanto tiempo sin abrazar a sus padres y a gran parte del resto de la familia, no se hubiera perdonado pasar a unos metros —como quien dice— del hogar de sus viejos, por la Carretera Central, y no ir a saludarlos; aunque hacerlo implicaba riesgos, dada su condición de luchador clandestino del Movimiento 26 de Julio y la misión que cumplía en ese minuto.

Había estado en México, desembarcó en el yate Granma en la punta de mangle conocida como Los Cayuelos, a poca distancia de playa Las Coloradas, el 2 de diciembre de 1956, y sobrevivió al combate de Alegría de Pío, acaecido tres jornadas después.

Quien ahora descendía de la máquina en la finca cabaiguanense había salvado su vida por obra y gracia de un milagro; durante cinco días estuvo sepultado e inmóvil debajo de la paja y las hojas de caña, junto a Fidel y Universo Sánchez, para no ser detectados por las fuerzas de la tiranía batistiana, cuya aviación enemiga llegó al punto de dejar desnudos o prácticamente en polvo los matorrales cercanos, donde supuestamente se habían guarecido los sobrevivientes del desembarco.

Cuando José (Pepe) y Amada conocieron que entre los recién llegados estaba su hijo Faustino, el alma les vino al cuerpo. “Te trajimos con el pensamiento”, quizás le comentaron sus padres: el día anterior, o sea, 15 de febrero, el primogénito de la familia había cumplido 37 años de edad.

Ni la prisa ni la brevedad del reencuentro —no más de media hora— privaron de emotividad a aquellos abrazos, testimonia hoy Reinaldo Pérez, hermano de Faustino, quien ese día sí se apresuró en prepararle un buche de café a la visita. “Esa noche ni se sentó y nos dijo que llevaba a un periodista americano para la Sierra Maestra, donde entrevistaría a Fidel”, evoca Reinaldo.

Se trataba de Herbert Matthews, un reportero casi sesentón y medio enjuto, al frente por esa fecha de la página editorial del The New York Times, que impresionaba también por sus más de 6 pies de estatura.

A este reconocido periodista, el dictador Fulgencio Batista quiso ver mil metros bajo tierra, al saber de la publicación de “Visita al rebelde cubano en su refugio”, primera parte del reportaje insertado en el influyente diario estadounidense con la que dio cuenta al mundo de que Fidel y su guerrilla no habían sido aniquilados y que estaban dando pelea.

“El periodista tomó café bajo ese tamarindo que ustedes ven ahí”, sostiene Reinaldo, quien, luego del arribo del Granma, sufrió los rigores de la prisión en Santa Clara, unido a Elcire Pérez González, líder del MR-26-7 en Guayos y que siempre encontró cobija en la casa de Pepe y Amada, ante el acecho persistente de las huestes de la tiranía.

DE ESTIRPE GUAJIRA Y CANARIA

Aunque lo intentaba, Amada no pudo pegar más un ojo en el resto de la madrugada del 16 de febrero de 1957. Como nadie sufrió la supuesta pérdida física de Faustino, cuyo nombre apareció en la relación de muertos, difundida por la prensa de la época, asociada a los expedicionarios del yate Granma y a la persecución contra ellos sobrevenida a seguidas.

“Aquí se lloró la ‘muerte’ de Faustino”, asegura Anesio, el menor de los 11 hermanos (uno de ellos falleció cuando apenas era un bebé) y participante en el desfile estudiantil por calles espirituanas —reprimido por la tiranía— en conmemoración del centenario del natalicio de José Martí en 1953. 

Anesio pondera los valores inculcados por los padres en la familia Pérez Hernández. (Foto: Arelys García Acosta).

No obstante, una postal navideña disipó todo el dolor y el luto padecidos por la familia aquel diciembre de 1956: “Estoy bien y Alejandro también; comuníquenselo a los demás compañeros”. La nota la firmaba Ariel, nombre de guerra de Faustino, quien la remitió a la casa de su hermano Carlos en Cabaiguán, máximo jefe del “26” en esa localidad, cuya primera célula allí ambos la fundaron el 15 de julio de 1955, junto a otros jóvenes.

Las claves y la proyección del movimiento revolucionario las conoció Faustino de primera mano, al asistir un mes antes —con precisión el 12 de junio— al nacimiento de este, por iniciativa de Fidel, en la calle Factoría No. 62, bajos, en La Habana, adonde arribó el cabaiguanense en 1942 a estudiar la carrera de Medicina.

La determinación de irse a la capital impactó a su padre, quien había cifrado todas sus esperanzas en que Faustino, como el mayor de los hijos, devendría su mano derecha en los manejos de la finca, la cual, a golpe de soles y lunas de trabajo, venía de menos a más en el orden económico.

“Ese impacto fue duro, pero Carlos le dijo al viejo que no se preocupara, que él le cubriría a Faustino”, recuerda Anesio, quien, como el resto de los hermanos varones (seis en total), dormía en una casa de guano, cercana a la vivienda principal, mientras las cuatro hermanas lo hacían en esta última.

Tanto Reinaldo como Anesio manifiestan que, a la luz de una chismosa, Faustino les enseñó las primeras letras a varios campesinos de la zona en aquel bohío, donde dispuso un “closecito” para guardar sus libros, entre estos, los de Martí. Desde muchacho, sintió pasión por el Maestro, al punto de retomar y escribir frases de este, que más tarde se las dejaba a la madre en el fogón de leña.

“Mamá tenía solo cuarto grado, pero para mí era una intelectual por el modo de enfrentar la vida; no se quejaba. Un día, estando en casa de mi hermana Adelina en La Habana, se cayó de la escalera. ‘No te asustes, que no me pasó nada’, le dijo, y tenía la pierna partida en una mano”, ejemplifica Anesio.

Amada, natural de Pinar del Río, descendía de canarios, nacidos en La Palma, la misma isla de donde partió José Pérez en 1911, rumbo a Cuba. Se conocieron allá por La Larga, Taguasco, y allí vino al mundo Faustino el 15 de febrero de 1920.

“Papá era recto y muy trabajador”; así lo retrata con palabras Reinaldo, y en la evocación lo ve salir de casa, antes de clarear el día, a ordeñar las vacas y luego coger camino a la vega de tabaco en compañía de sus hijos mayores.

“Es verdad, a la hora de comer, nadie podía sentarse con sombrero o gorra, ni estarse riendo en la mesa —apunta Anesio—; eso sí, disfrutaba, como la vieja, ver la familia unida. Cuando ella cumplió los 100 años, aquí nos reunimos ciento y pico de familiares”.

Cuentan que ese día no faltaron los tirados a la sombra del tamarindo, en cuyo tronco, de corteza medio rajada y madera dura, seguía colgada la tarja, que señala el paso por el sitio no solo del periodista Herbert Matthews; sino, además, el entonces Presidente de la República Osvaldo Dorticós, Comandante Ramiro Valdés, Haydée Santamaría y Armando Hart, entre otras relevantes figuras.

Reinaldo recuerda con detalles la visita de Faustino, con Herbert  Matthews, a Cañada de Piña en febrero de 1957. (Foto: Arelys García Acosta).

Debajo de sus ramajes descansaba, luego de la brega del día en la escogida de tabaco de la finca, quien sería el líder de los azucareros cubanos, Jesús Menéndez. A él y a sus hermanos Carlos y Alfonso, Pepe Pérez los tuvo como trabajadores asalariados durante el llamado tiempo muerto de la zafra. En aquellas jornadas, Faustino les sirvió de matulero a los Menéndez, también recuerdan Anesio y Reinaldo.

A PRUEBA DE BALA

Hombre que sabía escuchar y de hablar pausado, Faustino, afiliado a la Ortodoxia, no presentó su tesis de grado de Medicina hasta después del triunfo de la Revolución, pues se negó a que su título estuviera firmado por un ministro corrupto, han suscrito estudiosos de su vida.

Antibatistiano hasta la médula, intervino en cuanta manifestación convocaron e integró el Movimiento Nacional Revolucionario, en el cual militaban, además, Armando y Enrique Hart. Condenado a prisión, sale en libertad gracias a la amnistía a favor de los presos políticos de mayo de 1955.

Semanas después, asiste al acto fundacional del MR-26-7, y como parte de su Dirección Nacional, emprende su organización en varias provincias y recauda fondos para la expedición del Granma; en México, por indicaciones de Fidel, dirige el campamento de entrenamiento de Abasolo e integra el Estado Mayor de la expedición.

Posterior al desembarco, asume, junto a Frank País, la reestructuración del “26” en el país, y se llega a convertir en la figura clave de este en La Habana, básicamente a partir del segundo semestre de 1957. Sufre prisión desde el 19 de marzo hasta el 26 de julio de ese mismo año, cuanto resultó excarcelado debido una huelga de hambre por él y otros presos políticos.

Luego del fracaso de la huelga del 9 de abril de 1958, sube a la Sierra Maestra y como miembro de la fuerza guerrillera participó en diversos combates, incluida la liberación de Palma Soriano.

Mientras sucedían estos acontecimientos, el Che decide que sus tropas avancen hacia Santa Clara para la toma de la ciudad; desde Cabaiguán parten ocho camiones atestados de rebeldes; uno de los cuales pertenece al padre de Faustino y en el timón va su hermano Reinaldo. Se lo dice a este reportero un familiar cercano, quien sabe, además, que cuando el corazón traicionó al Comandante de Cañada de Piña el 24 de diciembre de 1992, sobre su pecho se encontró descansando un libro de Martí.

Nota: Agradecemos la colaboración de Rafael Rangel, presidente de la Cátedra Faustino Pérez Hernández, para la elaboración de este reportaje.

ENRIQUE OJITO

Premio Nacional de Periodismo José Martí, por la obra de la vida (2020). Máster en Ciencias de la Comunicación. Ganador de los más importantes concursos periodísticos del país.

24 de diciembre de 2022

A Fangio no le podía pasar nada,recuerda Manuel Núñez León a 63 años del secuestro del campeón de Fórmula 1 por el M-26-7


El 23 de febrero de 1958, un comando del Movimiento 26 de Julio llevó a cabo el secuestro del campeón de Fórmula 1 Juan Manuel Fangio. Manuel Núñez León fue uno de los participantes en aquella acción

Autor: Ronald Suárez Rivas

23 de febrero de 2021 13:02:02

Juan Manuel Fangio Foto: Archivo de Granma

Siempre que recuerda aquellos días, Manuel Núñez León viaja en el tiempo. Por eso, la voz se le agita y sus manos se mueven nerviosas, igual que aquella noche de 1958, en que sacó su ametralladora en el lobby del hotel Lincoln, para paralizar a los agentes de seguridad, a los periodistas y a los mejores pilotos de automovilismo de la época: «¡Levante las manos todo el mundo! ¡El que se mueva, se muere!»

Eran alrededor de las 9:00 pm del 23 de febrero, y el secuestro de Juan Manuel Fangio, el gran campeón argentino de Fórmula 1, por fin estaba en marcha.

Antes habían tratado de hacerlo en Tropicana, en el Hotel Nacional, e incluso en el malecón habanero, durante los entrenamientos, pero en ninguno de esos sitios hallaron las condiciones para llevar a cabo la misión, con la exigencia que había planteado el Movimiento 26 de Julio: A Fangio no le podía pasar nada.

Manuel recuerda que un año antes, en febrero de 1957, dos grupos de acción y sabotaje de la organización revolucionaria, ya habían intentado sin éxito el secuestro del campeón, durante la primera edición del Gran Premio de Cuba, una carrera organizada por la dictadura de Fulgencio Batista para tratar de dar la imagen de un país en calma y que sería ganada por el propio Fangio.

Manuel enseña con orgullo las medallas recibidas por su trayectoria como combatiente. Foto: Archivo de Granma

Con tal precedente, durante la segunda versión del evento, la tarea recaería en otros dos grupos. Uno de ellos, estaba comandado por Manuel.

Las horas iban pasando y la carrera, prevista para el 24 de febrero -la fecha elegida por el tirano, evocando el reinicio de las guerras de independencia-, se acercaba. «Habíamos tratado por todos los medios, pero no habíamos podido», rememora el veterano combatiente que pronto cumplirá 93 años.

Ante el peligro de que una vez más, la acción no se concretara, Faustino Pérez, jefe del Movimiento 26 de Julio en La Habana, les envía un mensaje tajante. «O lo hacen ustedes esta noche, o lo hago yo».

«Sobre las 8:00 pm llegamos a un barcito ubicado en el mismo hotel Lincoln, para ver cómo estaba la cosa. Un momento antes de entrar, el compañero encargado de abordar a Fangio, me pidió que le cambiara su pistola por la mía, que era más chiquita y más liviana.

«Mi misión era cubrirlo, con una ametralladora Thompson y tres peines de 30 tiros que llevaba debajo del saco, porque aquello estaba rodeado de policías».

La sorpresa se convierte en su mejor aliada. Mientras un integrante del comando encañona al campeón, y le pide que lo acompañe, Manolo rastrilla el arma y con su voz atronadora les advierte a los presentes que no se muevan.

La operación se lleva a cabo sin que suene un solo disparo. «Cuando ellos salen, yo retrocedo de espaldas hasta la puerta, sin dejar de apuntar, y digo que aquello estaba cercado por el 26 de Julio, que nadie fuera a salir antes de cinco minutos».

El comando revolucionario escapa en tres automóviles. En el primero, va el astro argentino, en el segundo, lo hace Manuel.

«A varias cuadras de allí, cuando ya nos habíamos alejado del hotel, un carro nos choca y casualmente aparece una perseguidora. Yo me bajo rápidamente, le recojo la pistola al chofer y le digo a los otros dos compañeros que salgan caminando con disimulo.

«Nos montamos en el tercer auto, que venía detrás, y pasamos por el lado del accidente sin ningún problema.

«Al final, el carro en el que habíamos participado en el asalto, fue conducido a la estación de policía junto al que nos chocó, pero el oficial de guardia les dijo a los dos choferes que se pusieran de acuerdo entre ellos y todo quedó allí».

En un primer momento, Fangio es llevado a una casa del Vedado, pero en ella estaba también un miembro del Movimiento, herido durante las pruebas para fabricar un lanzallamas, así que se determinó cambiarlo de lugar.

De allí, el campeón es trasladado hacia una vivienda en Nuevo Vedado.

Manuel recuerda que Faustino Pérez conversó con él largo rato, le ofreció disculpas y le explicó detalladamente las razones del secuestro, y asegura que Fangio comprendió perfectamente.

«En ningún momento hizo resistencia y nos trató con respeto. Todo el tiempo se comportó como uno más dentro de la casa», dice.

A través de la televisión, el campeón tuvo la oportunidad de seguir la carrera en la que él sería el gran ausente, y el terrible accidente ocurrido durante la misma, en el que murieron seis personas y más de 30 resultaron heridas.

El objetivo se había cumplido. La noticia del secuestro le daba la vuelta al mundo, acaparando como nunca antes la atención de la opinión pública internacional sobre el proceso revolucionario que la tiranía intentaba ocultar.

La Operación Fangio, sin embargo, no había concluido.

Lo que hasta ese momento podía calificarse como una jugada maestra de propaganda política, de pronto corría el riesgo de convertirse en lo contrario.

«Aquello se complicó cantidad. Si no llega a ser por las medidas que se tomaron, el desenlace pudo ser terrible, porque la policía quiso eliminarlo para echarnos la culpa», rememora Manuel.

Con el mismo rigor con que planeó su secuestro, el Movimiento 26 de Julio debió organizar la liberación del campeón, que finalmente se concretó en casa de un funcionario de la embajada argentina.

Aunque no tuvo ocasión de despedirse de él, Manuel afirma que la relación entre ambos sería larga tras el triunfo del 1ro. de enero.

«Fangio volvió a Cuba varias veces y cada vez que lo hacía, nos reuníamos.

«Era un hombre agradable, muy simpático. Nunca nos guardó rencor. Al contrario, nos llamaba «mis hermanos los secuestradores o mis amigos los secuestradores».

«Incluso nos decía que nada lo había hecho tan famoso, y eso que era cinco veces campeón mundial de automovilismo. Imagínese la popularidad que tenía».

En su casa del municipio pinareño de Viñales, a más de 60 años de aquellas tensas jornadas en que toda la policía de La Habana los buscaba, Manuel no oculta el orgullo por haber sido parte de la operación.

«Lo interpreto como un privilegio. El resultado fue muy importante para el Movimiento, porque se dio a conocer ante el mundo.

«Hasta en los países más distantes estuvo saliendo en las primeras páginas de los periódicos».

De hecho, solo unos días después, el 1ro. de marzo de 1958, el periódico The Economist aseguraba que los guerrilleros cubanos quisieron demostrar su desacuerdo con la forma en que la dictadura de Fulgencio Batista despilfarraba los fondos del país mientras la mayor parte del pueblo vivía en la pobreza, pero sin duda habían previsto también el gran golpe publicitario que el hecho implicaría.

«Si hubiesen secuestrado al propio presidente –afirmaba el rotativo-, no habrían llegado con tanta eficacia al sector no político de la población mundial…».

Cuentan que Fangio evitó darle a la policía alguna pista de sus captores y que llegó a decirle a quienes lo habían retenido, que si era por una buena causa, entonces él estaba de acuerdo.

Aunque el secuestro le impidió defender el título que había ganado un año antes en La Habana, el campeón de la Fórmula 1 terminaría conquistando algo mucho más valioso para los cubanos. El poeta Jesús Orta Ruiz, lo resumió de manera inigualable en sus versos: «…Mi pueblo triste/ su protesta montó sobre tu gloria;/ y así la gran carrera que no hiciste/en la pista, la hiciste en nuestra historia».

ALGUNOS DETALLES

Manuel Núñez León fue fundador de la lucha clandestina en La Habana. Aparte del secuestro de Fangio, se destacó en otras acciones como la huelga del 9 de abril.

Participó, además, en la fundación del Frente Guerrillero de Pinar del Río y en la lucha contra bandidos, en las montañas de Vueltabajo y del Escambray.

En la actualidad vive en Viñales, cerca del sitio donde nació y donde su familia fue desalojada de manera brutal en la década de 1940.

 

 

 

 

 

15/Febrero/2021- 101 aniversario del natalicio de Faustino

Faustino Pérez Hernández
Nació el 15 de febrero de 1920 / Ingresa en la Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana en 1942 / Integrado a las luchas estudiantiles, se niega a graduarse por no tener un Diploma firmado por el Ministro de Educación de un sistema corrupto / Se afilia a la Ortodoxia chibasista / Se opone al Golpe de Estado de Fulgencio Batista, imprime y distribuye su propio llamado a la lucha, participa en todas las manifestaciones de protestas estudiantiles: figuraría en la Universidad del Aire, en el entierro simbólico de la Constitución; en la condena a la profanación del busto de Mella; en la marcha de las antorchas; en la protesta durante el juicio contra Millo Ochoa / Fundador del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) y, junto a Armando Hart, se ocupó de la organización de este a lo largo del país, lo que posteriormente contribuiría a la estructuración del M-26-7 / Apresado y condenado a 3 años y medio de prisión por ocupársele armas y municiones para acciones del MNR, sale de prisión por la amnistía a los presos políticos en mayo de 1955 / Miembro de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de julio desde su fundación, trabaja en su articulación y crecimiento en toda Cuba y en la recaudación de fondos para la expedición del yate Granma / Dirige el Campamento de Entrenamiento de Abasolo y es nombrado Jefe del Estado Mayor de la expedición /Junto a Frank País re-organiza el Movimiento 26-7 a lo largo del país y conduce a la Sierra Maestra al periodista norteamericano Herbert Mathews para la histórica entrevista con el Jefe de la Revolución / Dirige la lucha clandestina en la Habana entre enero de 1957 y abril de 1958 / Participa en combates frente a las fuerzas de la tiranía en la Sierra Maestra: El Jigüe, Santo Domingo, El Jobal, Arroyones, Las Mercedes y la toma de Palma Soriano / Dirige a partir de agosto de 1958 la Administración Civil del Territorio liberado en la Sierra Maestra.
En 1959 es nombrado Ministro de Recuperación de Bienes Malversados del primer gabinete de la Revolución, organismo que en diez meses revierte al tesoro nacional más de cuatrocientos millones de pesos robados al pueblo por la tiranía y los políticos corruptos / En 1960 vuelve a las montañas y organiza y dirige el Servicio Médico Rural en la Sierra Maestra / Participa en el Combate de Playa Girón y en la Limpia del Escambray al frente de la zona de operaciones 2 con 2000 combatientes / Funda y asume la dirección del desarrollo hidráulico en Cuba entre 1962 y 1969 / 1er secretario del PCC en la región de Santi Spíritus de 1969 a 1972 / Embajador de Cuba en Bulgaria de 1973 a 1977 / Dirige de 1978 a 1989 la oficina encargada de atender y controlar por el Consejo de Ministros el desempeño de los gobiernos provinciales y mediar su comunicación con los Ministerios y entidades nacionales / Asume también desde esa oficina del Consejo de Ministros, la atención al desarrollo de los servicios Comunales en el país al reconocer, por su visión de médico, la importancia de este frente en la medicina preventiva y la salud del pueblo / Por petición personal ocupa en 1989 la dirección del Plan de Desarrollo Integral de la Ciénaga de Zapata, donde le sorprende la muerte el 24 de diciembre de 1992.

 

Autor: Abpd

FAUSTINO PÉREZ HERNÁNDEZ, EL MODESTO COMANDANTE DE TODAS LAS BATALLAS

Inicio

Faustino Pérez Hernández Faustino Pérez Hernández, revolucionario cubano, combatiente clandestino, dirigente nacional del Movimiento 26 de Julio, expedicionario del Granma y comandante del Ejército Rebelde, falleció el 24 de diciembre de 1992, y es uno de esos modestos imprescindibles por estar en todas las batallas.

Nació en la zona rural de La Larga, Taguasco, provincia de Las Villas el 15 de febrero de 1920. Hijo de campesinos, conoció de las labores más duras del campo y por su afán de estudiar y voluntad personal, ingresó en la única escuela de medicina existente en ese momento, con 23 años cumplidos.

Con muchas dificultades por su precaria base, después de años de estudios concluye su carrera ya con 31 años de edad, pero al producirse el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 decide no presentar la tesis de grado para que su diploma no estuviera firmado por un ministro usurpador del poder. Después del triunfo de la Revolución culminaría el trámite, presentándose ante el Tribunal de Examen de Graduación el 18 de junio de 1959.

Siendo estudiante se vinculó al movimiento estudiantil revolucionario. Conoció a Fidel Castro y se incorporó al Movimiento 26 de Julio liderado por este e integró su Dirección Nacional el 12 de junio de 1955, desde su constitución.
Viajó a México con el objetivo de entregar a Fidel los fondos recogidos en Cuba para hacer posible el viaje de los futuros expedicionarios e inmediatamente se convirtió en uno de ellos. Durante la travesía del Granma le fue conferido el grado de capitán y fue designado miembro del Estado Mayor.

El 5 de diciembre de 1956 resultó sorprendido, junto al resto de los expedicionarios en Alegría de Pío, cuando descansaban de las penosas marchas tras el desembarco. En el combate con fuerzas del ejército, Faustino en su condición de médico atendió a varios expedicionarios heridos, entre ellos a su colega Ernesto Guevara quien había recibido un disparo en el cuello. Junto a Fidel y Universo Sánchez, deambuló durante 13 días hasta el encuentro con Raúl Castro y otros compañeros en Cinco Palmas.

Mandado por Fidel para reestructurar el Movimiento 26 de Julio en todo el país viaja a La Habana junto con Frank País, a escasas cuatro semanas después del desembarco. Asume la dirección del M-26-7 en la capital y dirige relevantes y arriesgadas acciones como el traslado del periodista norteamericano Herbert Matthews hasta la Sierra Maestra; el secuestro del campeón mundial de automovilismo, Juan Manuel Fangio y la noche de las cien bombas.

En mayo de 1957 fue detenido e ingresó a la prisión del Castillo del Príncipe, donde protagonizó junto a Armando Hart y otros compañeros una huelga de hambre a pesar de padecer una úlcera gastrointestinal. La dictadura, preocupada por la repercusión que tendría un desenlace fatal, se vio obligada a decretar la libertad de algunos presos, entre ellos a Faustino Pérez. Después del asesinato de Frank País en julio de 1957 mantuvo contactos con algunos militares del régimen opuestos a la dictadura, quienes realizaron el alzamiento del 5 de septiembre en Cienfuegos.

El llamamiento a la huelga general del 9 de abril de 1958 fue suscrito por Faustino, como jefe del llano, junto al Comandante Fidel Castro, que lideraba la lucha en las montañas de Oriente. Tras el fracaso de ésta, a principios de mayo de 1958, se incorporó a la guerra en la Sierra Maestra con el grado de comandante hasta el triunfo de enero de 1959.

En la reunión de Altos de Mompié se hizo un análisis de las causas del fracaso de la huelga del 9 de abril y se decidió que toda la dirección del Movimiento 26 de Julio quedara subordinada a la Sierra. Faustino pasó entonces a integrar el ejecutivo de cinco miembros cuyo Secretario General era Fidel y que radicaría en la Comandancia General de la Sierra Maestra.

Luego de la reunión Faustino fue enviado de nuevo por Fidel al llano, para dirigir la reestructuración del Movimiento, y regresó a la Sierra ya comenzada la ofensiva batistiana contra el Ejército Rebelde, el 19 de julio. Permaneció en la Comandancia General durante julio y agosto y participó en los combates de Santo Domingo, El Jigüe, Arroyotes y Las Mercedes. Al ser liberada una buena parte del territorio de la Sierra Maestra le fue encomendada la administración civil del Territorio Libre.

Después del triunfo del 1 de enero de 1959 estuvo junto a Fidel en las horas decisivas en que, a través de Radio Rebelde, se aniquiló el intento de torpedear el triunfo de la Revolución mediante un golpe de Estado. Tres días después, cuando en la Universidad de Oriente se constituyó el primer gabinete de la Revolución, se le designó como Ministro de Recuperación de Bienes Malversados y fue posteriormente jefe de Sanidad Militar.

Combatió en Playa Girón contra la invasión mercenaria y dirigió la lucha contra las bandas de alzados en el Escambray. Luego de eliminadas éstas fue varios años Presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, cargo desde el cual contribuyó decisivamente al desarrollo del país.

También fue Embajador de Cuba en Bulgaria y Jefe de la Oficina de Atención a los Órganos Locales del Poder Popular. En los años 70 fungió como Primer Secretario del Partido en Sancti Spíritus, donde asumió tareas trascendentales como la construcción de la presa Zaza y el plan arrocero Sur del Jíbaro.

Por decisión propia pasó sus últimos días de vida con los pobladores de la Ciénaga de Zapata, junto a quienes trabajó por el mejoramiento social como Director de la Empresa Agroforestal Victoria de Girón.

Fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde su constitución hasta su muerte el 24 de diciembre de 1992. Hombre de carácter firme sostuvo siempre sus convicciones. Fidel dijo de él que era “la conducta de la Revolución”.

Faustino Pérez HernándezFaustino Pérez Hernández con Fidel Castro Ruz

 

 
Artículo también publicado en el períodico Granma el 25/Diciembre/2020
 

Un Faustino que vive en los 28 años atrás

 

Radio26 | Matanzas, Atenas de Cuba
Matanzas, Atenas de Cuba

Justo el 24 de diciembre desaparecía físicamente el Dr. Faustino Pérez Hernández. Un hombre sencillo que nació en Zaza del Medio, Sancti Spíritus, el 15 de febrero de 1920. Médico cubano que no se graduó en 1951, fecha en que culminó sus estudios, por negarse a que el Ministro de Educación de un gobierno corrupto le firmara su título.

Se opuso al golpe de estado de Fulgencio Batista y participó en las manifestaciones de protestas estudiantiles. Fue miembro del Movimiento Nacional Revolucionario y organizador de este a lo largo del país. Integrante de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de julio desde su fundación, Jefe del Estado Mayor de la expedición del Granma, dirigió la lucha clandestina en La Habana.

Participó en combates frente a las fuerzas de la tiranía en la Sierra Maestra y estuvo al frente de la Administración Civil del territorio liberado. Además, se desempeñó como Ministro de Recuperación de Bienes Malversados del primer gobierno revolucionario, organizó el Servicio Médico Rural en la Sierra Maestra, fue Jefe de Sanidad en el Ejército Central y participó en el combate de Playa Girón y en la limpia del Escambray.

Asumió la dirección del desarrollo hidráulico en Cuba entre 1962 y 1969, y fue embajador de Cuba en Bulgaria. Con la modestia y humildad que lo caracterizaba culmina su vida al frente del Plan de Desarrollo Integral de la Ciénaga de Zapata. Su labor a favor de la Medicina preventiva se hizo patente en las diferentes responsabilidades a lo largo de su vida.

A pesar de no ejercer directamente su carrera, aplicó sus conocimientos para promover la higiene ambiental y de este modo contribuir a promover la salud humana y prevenir las enfermedades. Faustino Pérez fue ejemplo de coraje, honestidad, sencillez y compromiso político y social. En la provincia de Matanzas los centros e instituciones que llevan su nombre recuerdan y honran a quien Fidel llamara la conducta de la Revolución Cubana.

Dunia Bermúdez Sañudo-24/12/2020

2 de diciembre

2/Diciembre/1991

Fidel: A 35 años de la gran aventura, siento el deseo íntimo de expresarte el orgullo de saberme soldado de tú causa y la felicidad de seguir combatiendo si no con la misma fuerza física , sí con el mismo espíritu y la más profunda convicción y entrega.

Gracias por tú ejemplo insuperable y permanente.

Gracias por tú absoluta consagración a la causa del pueblo.

Gracias por tú inconmovible fé en la victoria.

Con la mayor admiración y cariño,

Faustino

Hace 65 años ya se luchaba contra Batista en Sancti Spíritus

Escambray
Periódico de Sancti Spíritus

En el imaginario popular, la lucha revolucionaria en Sancti Spíritus comenzó en 1957, cuando lo cierto es que ya en 1955 e incluso antes, los espirituanos bregaban contra el régimen batistiano

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Ese año el doctor Faustino Pérez y su hermano Carlos, fundaron en Cabaiguán la primera célula del 26 de Julio en territorio espirituano.

Pese a los esfuerzos de la dictadura de Fulgencio Batista por hacer de los sucesos del 26 de julio de 1953 en la antigua provincia de Oriente, una página aislada en el enfrentamiento popular contra su gobierno, la tranquilidad aparente experimentada en 1954 y en 1955 en el país, y específicamente en Sancti Spíritus, estuvo matizada por una sorda lucha contra el régimen.

Este periodo bianual —1954-1955—  fue consignado por quien fuera Historiador de la ciudad de Sancti Spíritus, Orlando Barrera Figueroa, como de auge de los garitos de juegos prohibidos, bares y burdeles.  

A este estado de cosas se opuso lo mejor de la sociedad civil y, sobre todo, obreros y estudiantes, en sucesivas huelgas reivindicativas por mejoras económicas, y en marchas y manifestaciones de protesta contra la represión ejercida por el batistato. Tales choques y acciones contra la dictadura fueron incrementándose a medida que avanzó el año 1955, cuando a la satrapía no le quedó más remedio que dejar en libertad el 15 de mayo mediante amnistía, a Fidel Castro y sus camaradas, debido a la presión popular.

EL 26 EN SANCTI SPÍRITUS

Recién liberado de su encierro, Fidel y un grupo de sus compañeros fundan en La Habana el 12 de junio de 1955 el Movimiento 26 de Julio, que llegaría a ser la organización revolucionaria más influyente de Cuba.

Apenas pasado un mes del surgimiento del 26 de Julio, el doctor Faustino Pérez, uno de sus dirigentes principales, crea a su vez el 15 de julio, en Cabaiguán, la primera célula de la flamante organización, la cual quedó encabezada por su hermano, Carlos Pérez Hernández. Se inicia entonces un período caracterizado por el crecimiento de esta formación clandestina y su estructuración en los niveles provincial, municipal y de barrio.

En general, nunca dejó de haber diversas manifestaciones de repudio popular al dictador, quien se esforzó por simular un clima de normalidad y tranquilidad ciudadana. El 10 de septiembre de 1955, de nuevo está Batista en Sancti Spíritus y, como en su primer arribo 15 años atrás, también en función proselitista con vistas a la farsa electoral que se traía entre manos.

 Después de cumplir una apretada agenda de actividades en su honor, que incluyeron —entre otras— un banquete en la Feria Exposición Ganadera, así como un concierto en el parque Serafín Sánchez amenizado por la Banda del Ejército del Distrito Santa Clara y por la cantante chilena Ella, todo quedaba listo para el baile de gala organizado en la Sociedad El Progreso, acompañado por un show.

Pero aquel sarao, última actividad de las contempladas en la jornada por los políticos locales en homenaje al dictador, terminó como la célebre fiesta del Guatao, cuando, reunida con Batista la flor y nata de la burguesía citadina en el neoclásico edificio de la Sociedad El Progreso, ya pasadas las 11 de la noche, se escuchó una fuerte explosión que hizo vibrar los cimientos del sólido inmueble y provocó que, llenos de pánico, los guardaespaldas del dictador lo sacaron corriendo del lugar.

  Pero, ¿qué había sucedido? La juventud revolucionaria espirituana, ofendida por la presencia indeseable del tirano, decidió “solazar” su estancia con un sabotaje en la parte trasera del cine Renacimiento, a una cuadra escasa del lugar del agasajo al hombre de la “bala en el directo”, con daños tan contundentes que tuvieron a esa instalación cinematográfica medio año fuera de servicio.

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Elcire Pérez, casi un niño, estuvo entre los expulsados del Instituto de Segunda Enseñanza de Sancti Spíritus a inicios de noviembre de 1955.

HERVIDERO REVOLUCIONARIO

Con Fidel en proceso de instalarse en México para preparar la expedición del Granma, la noche del 12 de octubre de 1955 llegan a Sancti Spíritus los revolucionarios Ciro Redondo, Severino Rosell y Julito Díaz, los tres, asaltantes al cuartel Moncada, quienes tenían la misión de contactar con las células del M-26-7 en esta parte central de la isla para darles orientaciones de la Dirección Nacional y asignarles tareas concretas en la lucha contra el régimen.

Días después, el 29 de octubre, los alumnos del Instituto de Segunda Enseñanza y los de la Escuela de Comercio tomaron esos planteles para protestar contra la represión de que eran objeto los estudiantes de La Habana. Según el historiador Orlando Barrera, una extraordinaria manifestación de estudiantes —a la que se unió el pueblo— se lanzó a la calle y destruyó grandes carteles en los que se apreciaba la inscripción Batista construye.

Los cuerpos represivos arremetieron contra la muchachada y golpearon y detuvieron a varios de ellos. Luego presionaron a la Dirección del Instituto hasta obtener la expulsión de Elcire Pérez González, Braudilio Casillas, Manuel Moreira y Manolito Guillot Pérez.

La cosa no quedó ahí, pues el 29 de diciembre, debido a la reclamación que se hacía del pago del Diferencial Azucarero, a lo que se oponía el ex líder sindical amarillo del autenticismo Eusebio Mujal Barniol, colaborador del batistato, estudiantes y trabajadores declararon a Sancti Spíritus como ciudad muerta, movimiento huelguístico que fue respaldado masivamente por el pueblo, viéndose el cuadro inusitado de calles bloqueadas con diversos obstáculos, el comercio cerrado y la industria paralizada, mientras en distintos puntos aparecían carteles del 26 de Julio y se escuchaban consignas contra la dictadura.

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Luis Morales Pina, Moralito, en la foto, acompañado de Alberto Marín Antúnez y José Benjamín Álvarez pusieron el petardo en el Renacimiento. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Naturalmente, el gobierno respondió con atropellos de todo tipo y detenciones de manifestantes que desembocaron en un proceso judicial conocido por la Causa 330 por delito de huelga ilícita, del 31 de diciembre de 1955. En la interminable relación de acusados figuraron los nombres de los principales líderes obreros del paro: Amado Antúnez García y Armando Acosta Cordero, ambos del Partido Socialista Popular; así como Nieves Morejón López, Enrique Villegas Martínez, Pedro Jover Valdivia y Alberto Luis Fernández, entre otros.

El escenario quedaba listo para el incremento notable en 1956 de las acciones de rechazo contra el régimen criminal y ladrón de Fulgencio Batista, con una unidad creciente de las fuerzas opositoras lideradas por el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario Estudiantil, que harían sentir cada vez más al inquilino de Kukine la fuerza concentrada del pueblo. No se debe olvidar que ese año sería el de las Pascuas Sangrientas, pero también el del desembarco del Granma. En Sancti Spíritus y en todo el país se respiraba revolución.

Pastor Guzmán- 18/08/2020

Faustino en su centenario ¡Presente!

Revista Bohemia

REVISTA CUBANA DE ACTUALIDAD GENERAL FUNDADA EN 1908

A los cien años de Faustino Pérez Hernández

Hace 25 años se instituyó en homenaje suyo, en la fecha de su nacimiento, el Día de los trabajadores Comunales.

Por PEDRO ANTONIO GARCÍA

Conmemoración del Centenario de Faustino Pérez

Hombre de carácter firme, Faustino sostuvo siempre sus convicciones y como dirigente, aunó voluntades, se dedicó a enseñar y educar, dejó un accionar entre los trabajadores en las diversas responsabilidades que asumió y le encomendó Fidel y la Revolución.

Inés maría Chapman habla en el centenario de Faustino Pérez

Lo anterior fue expresado por la vicepriministra Inés María Chapman al pronunciar las palabras centrales del acto por el centenario del nacimiento del destacado revolucionario Faustino Pérez Hernández, fecha en que, en su homenaje, se constituyó el Día del Trabajador de los servicios comunales hace 25 años.

El acto, celebrado en el Parque 13 de Marzo, de esta capital, se inició con la colocación de una ofrenda floral bajo la estatua de Martí ecuestre, ante la presencia de los miembros del Buró Político Ramiro Valdés, comandante de la Revolución y viceprimer ministro, y Mercedes López Acea, así como de Reinaldo García Zapata, gobernador de La Habana, entre otras personalidades.

Acto por el centenario de Faustino Pérez, parque 13 de marzo

Acto por el centenario de Faustino Pérez, parque 13 de marzo

En representación de los trabajadores de los servicios comunales, la joven Sheila Gálvez usó de la palabra. A dos trabajadoras del sector, Ninoska Pérez y Martha Torres, se les entregó la distinción Enrique Hart por haber mantenido durante más de 20 años una trayectoria relevante y sostenida en su actividad laboral.

Hubo reconocimientos para diversos colectivos y trabajadores del sector en la provincia, entre ellos, la Empresa Aurora, de La Habana Vieja.

Igualmente, la Dirección Provincial de comunales de la capital recibió reconocimientos por parte del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Administración Pública por los 25 años de trabajo en el mejoramiento de la calidad de los servicios.

Faustino Pèrez nació en Cabaiguán, actual provincia de Sancti Spíritus, el 15 de febrero de 1920. Destacado luchador revolucionario, constituye un ejemplo de modestia, consagración y entrega al cumplimiento de las tareas que le fueron encomendadas por la dirección del Partido, la Revolución y Fidel.

Entre las altas responsabilidades que ocupó estaban los cargos de ministro de Bienes Malversados y Presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Embajador en la República de Bulgaria y Jefe de la Oficina de Atención a los Órganos Locales del Poder Popular.

En los años 70 fungió como Primer Secretario del Partido en la región de Sancti Spíritus, oportunidad en la que asumió programas trascendentales para el territorio como la construcción de la presa Zaza y el desarrollo del plan arrocero Sur del Jíbaro.

Por decisión propia, marcha a la Ciénaga de Zapata a dirigir Empresa Agroforestal Victoria de Girón, donde le sorprende la muerte en 1992.

FOTOS: ARIEL LEY ROYERO / ACN

Publicado el 16 Febrero, 2020